miércoles, 22 de julio de 2009

LAS HUELLAS DE LA HISTORIA DE TAMPICO




LAS HUELLAS DE LA HISTORIA DE TAMPICO

Pasado y presente se mezclan en el rostro actual de la ciudad en la que existen no solo la historia de su fundación, sino sus estilos de vida, su transformación, y hasta su pasado prehispánico


Beatriz Durán Maldonado / La Razón




Las huellas de un pasado esplendor, señal del pasado mezclada con el presente, se advierten al caminar por las calles de Tampico.
Una o varias fotografías, dentro de muchos de los comercios, dibujan una ciudad con un pasado floreciente, con una historia marcada por ciclones, por leyendas, por la presencia de extranjeros durante el auge petrolero, por un progreso que inevitablemente fue transformando su rostro hasta llegar al actual.
No solo el Centro Histórico da cuenta del pasado, sino que otros sitios en la ciudad como La Pirámide de las Flores o el Museo de la Cultura Huasteca, guardan vestigios sobre una época correspondiente a sus primeros pobladores.
En estos días de tranquilas vacaciones Tampico nos invita a conocerlo siguiendo las huellas de su historia a través de libros, su archivo histórico, o del ameno relato de guías turísticos como Tenek-Tour así como de los paseos en el autobús-tranvía operado por Tampico-Adventures.

PRIMERO EN TODO
Desde su origen, el destino de Tampico sería el de un puerto para la navegación marítima de altura alcanzando un período de esplendor en el desarrollo de la ciudad como resultado del auge petrolero. De ahí se entiende, que el puerto cuente con el adjetivo de pionero , durante el curso de su historia, como que se le considere cuna de la aviación comercial en el país ya que fue en los años 20 cuando se realizó el primer vuelo entre Tampico y la ciudad de México. Dada la importancia del puerto, no debe de extrañar que León Trotsky y su esposa Natalia Sedova llegaran al país por Tampico, donde le esperaba Frida Kahlo para llevarlos a su casa de Coyoacán, en la ciudad de México. Tampico era el primer puerto del país, por lo que era una ciudad de vanguardia, donde sin duda se contaba con los adelantos tecnológicos de la época y por donde tuvieron forzosamente que pasar todo tipo de personajes, así como ser el foco de atención para inversionistas con gran visión.

CENTRO HISTÓRICO
Además de reflejar la prosperidad que el puerto vivió durante la etapa del Porfiriato (1877-1911) y acentuada por el auge petrolero de 1907 a 1937, la ciudad vivió una fiebre de construcciones que cambiaron su aspecto radicalmente. El estilo Art-Nouveau influyó la arquitectura local con la simplicidad de sus formas y la utilización de nuevas técnicas para la época como la estructura de acero y de concreto armado. El estilo permanece a través de los años en los edificios que rodean la Plaza de la Libertad y el edificio de la Aduana, construidos con materiales importados y fina herrería. Se le considera una segunda Nueva Orleáns justamente por este estilo.
De las páginas de un catálogo de edificios públicos europeos surgió el diseño del ex edificio histórico de la Aduana, elegido por el mismísimo Porfirio Díaz, quien ordenó su construcción al incendiarse la primera Aduana, que se encontraba en el actual edificio de Telégrafos. En su planta baja se encuentra la Exposición-Museo Tampico 1829 en la que se relatan y detallan sucesos alrededor del hecho histórico “La Victoria de 1829”.
La plaza de la Libertad era el sitio de reunión de la sociedad tampiqueña puesto que en sus alrededores se concentraban los edificios que albergaban negocios de importaciones y exportaciones, restaurantes, hoteles, perfumerías y todo tipo de casas comerciales.
También con varios edificios restaurados por el FICETAM (Fideicomiso del Centro Histórico de Tampico) el primer cuadro de la ciudad donde se encuentran el Palacio Municipal, el edificio del DIF, la Catedral de Tampico y la Plaza de Armas, que cuenta con un “nuevo” kiosko realizado en 1945 en estilo morisco español, nos cuentan una parte de la historia.
El frontispicio de la Catedral tiene un mural, en mosaico bizantino, que dejó plasmado el artista de origen español José Ruiz Diez en 1968; en él se retrata la fundación de Tampico, la evangelización de la Huasteca por Fray Andrés de Olmos y un Cristo al centro.

HISTORIAS Y LEYENDAS
Dobbs, el legendario personaje de “El Tesoro de la Sierra Madre” de B. Traven, que fue llevado a la pantalla grande por Humprey Bogart, quedó inmortalizado en una estatua sentado a las afueras de lo que fuera alguna vez el Bar Palacio.
Las historias causadas por el gigantismo de José Calderón mejor conocido como “Pepito el Terrestre” se han vuelto leyendas, escondiendo la verdadera historia, de quien se dice espantaba o llamaba la atención de los niños, como los que hoy llevan sus padres a sentarle sobre sus piernas para la foto del recuerdo.
Existen una serie de mitos y leyendas, como los túneles que supuestamente construyeron los huastecos, y que son relatados por los guías de turistas entre otras historias y anécdotas que han resistido el paso del tiempo.

PASADO HUASTECO
Uno de los vestigios de la presencia de los indígenas Huastecos, que habitaron esta región del Pánuco entre el período comprendido entre los años 600 y 1,200 D.C., es la Pirámide de Las Flores en Tampico. Resguardada por el Instituto Nacional de Antropología e Historia, este pequeño sitio arqueológico, edificación principal de lo que fue un importante asentamiento de más de 40 montículos de la época prehispánica, se encuentra dentro de una zona residencial, en la colonia Las Flores, cerca de las colonias Águila y Miraflores.
El Museo de la Cultura Huasteca, que se ubica en el Espacio Cultural Metropolitano, a través de sus 12 salas de exhibición muestra el desarrollo de la cultura Tenek a partir de los conceptos: el hombre, la naturaleza, la religión, la vida cotidiana y su mitología.
Publicado en LA RAZON domingo 12 de julio así:

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